Hace ya unas semanas que recibí en casa el nuevo iMac. Haciendo uso los préstamos a interés 0% ofrecidos por nuestro banco en colaboración con el plan Avanza del ICO, nos hicimos nuestro, primer auto-regalo de navidad ( pagadero a tres años vista... ) : un fabuloso iMac de 24". Mi viejo PC, un Pentium IV, ya echaba humo, y cuando se me ocurría abrir algún archivo de Photoshop más grande de la cuenta mientras tenía el servidor corriendo o mientras escuchaba música, ya no tenía fuerzas ni para colgarse, pobre... Dejándome llevar por los consejos de algunos compañeros del trabajo, y mi debilidad injustificable por las cosas... bonitas, pensé que era el momento oportuno para dar el salto. El salto a Mac.
He de decir que al principio tuve mis dudas. Desde el punto de vista de usuario doméstico la verdad es que me daba un poco igual: el sistema operativo de Apple, así como muchos de sus productos, están concebidos para no tener que preocuparse por aspectos técnicos y sacar partido rápidamente de las funcionalidades básicas de comunicación o multimedia de sus aparatos: tareas como copiar música de un CD, escuchar archivos MP3 o ver películas, copiar las fotos de la cámara al ordenador, o realizar chat mediante videoconferencia están a un click de distancia.
Lo que más miedo me daba era si sería capaz de acostumbrarme a trabajar en el nuevo entorno, o al menos si la curva de aprendizaje y adaptación sería demasiado pronunciada... A diario paso algunas horas trabajando en casa, después de mi jornada laboral, y puesto que el tiempo no es mucho, necesito aprovecharlo al máximo. Con el tiempo uno se aprende todas las técnicas, los "trucos", atajos, técnicas que giran alrededor de sus programas favoritos, se acostumbra a usar un software determinado y se cogen unos hábitos en función de los programas que se usan más a menudo. Cambiar a Mac suponía confiar en encontrar un sustituto válido para cada uno de ellos, y empezar de 0 en algunos aspectos.
Ahora, después de 3 semanas escasas de empezar esta "aventura", la verdad es que no podría estar más contento con el cambio. Aparte de algunos detalles a los que todavía estoy buscando la manera de "sacar punta" (el mighty mouse y yo no somos muy amigos... ), la verdad es que casi puedo sacar el mismo partido a mi tiempo desde uno y otro ordenador, mejorando por otra parte toda la experiencia de "usuario doméstico".
En el aspecto visual, Tiger es alucinante: la gestión de ventanas y tareas es, además de práctica... preciosa! Ventanas que son engullidas por el dock ( el lanzador de aplicaciones que veis a la izquierda ), aplicaciones que se reducen para que podamos escoger a cuál queremos saltar, ventanas que salen disparadas para que podamos echar un vistazo rápido al escritorio... Incorpora "de serie", además, todo el software que podrías necesitar para realizar las tareas básicas: gestión de contactos, email, chat, videoconferencia, gestión de fotografías, edición de video y audio, creación de DVDs... Es destacable, asímismo, que en lo referente a la instalación de nuevo software, en la mayoría de los casos el proceso se reduce a arrastrar el archivo en cuestión a la carpeta "Aplicaciones", para instalarlo, o arrastrarlo a la papelera, para desinstalarlo. Tan simple como eso.
Por otra parte, el hecho que los nuevos modelos incorporen procesadores Intel ha permitido el uso de aplicaciones como BootCamp , que nos permiten ejecutar, de forma nativa, Windows en nuestro iMac, aprovechando al máximo los recursos y el hardware de nuestra máquina. Parallels , otro software que nos permite ejecutar Windows en nuestro iMac, incorpora en sus últimas versiones lo que han venido a llamar el "Coherence mode", un modo de ejecución que permite a ambos sistemas operativos correr al mismo tiempo, combinando las aplicaciones de uno y otro sobre el mismo escritorio y permitiendo compartir archivos y portapapeles entre cualquiera de ellas. Sin duda un punto a favor de cara a los Windowseros indecisos que se pirran por la manzanita...
En definitiva: afortunadamente ( fiuu... ), el cambio, lejos de ser doloroso, ha sido muy gratificante hasta el momento. Espero tener el ánimo ( y el tiempo ), de ir compartiendo contigo los problemas que me he ido encontrando en este salto a Mac, las soluciones que apliqué, o las preguntas que me asaltan... Creo, además, que este año el rey mago Jobs se ha puesto las botas repartiendo iMacs, así que posiblemente interese a más de uno.
Hoy incluso proponía a algunos compañeros en el trabajo empezar un nuevo blog maquero, escrito desde el punto de vista de "windowseros convertidos", pero creo que la idea no les ha entusiasmado demasiado... ¿Alguien se anima? El lunes seguiré insistiéndoles.