Tratándose de uno de los mejores showman
que conozco y sobradamente famoso por su capacidad
de convocatoria, no cabía esperar menos
de la fiesta de Gerard.. No, miento. Las fiestas
de Gerard, SIEMPRE han sorprendido. Por una cosa
o por otra, ocurra algo antes, durante, o después
de la fiesta, las veladas que empiezan en esa
terraza siempre son recordadas durante mucho tiempo.
Esta vez el gancho era una fiesta de disfraces
con motivos de terror, así que tela de
saco en mano y maquillaje negro en los ojos me
planté vestido de monje en su casa (mentira,
me disfracé allí. :P). Estuvimos
un rato decorando la casa para la ocasión.
Lo típico: arañas, murciélagos,
calaveras, cabezas de monstruos, un negro hinchable...
ok, primera nota surrealista de la noche. Después?
Carritos de la compra en la puerta de casa, vecinos
con cara de flipar, demonios que no saben ni dónde
está el infierno, murciélagos que
fuman Ducados, pellejos que brillan en la oscuridad,
mutaciones del muñeco Chucky y David el
Gnomo que se habia equivocado de serie. No tengo
palabras, pero teniendo imágenes, casi
que sobran incluso... ;)
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