Albert García Gibert

Después de algunos años de inactividad musical, parece que va siendo hora de descolgar la guitarra de nuevo y sacarle brillo a esas cuerdas. Con qué objetivo? No sé aun... de momento reencontrarme con viejos amigos y volver a disfrutar de esa sensación tan excitante que es actuar en directo. Prepararemos un medley con algunos clásicos de la época KPS: Sopa, Sangtraït... Ya veremos. De momento, os dejo un par de temas de KomPotSer para ir poniéndonos en situación... ;) (...i per la gent del #sopa-de-cabra )

Un himno a la amistad. Una melodia para recordar, para llorar, ¿porqué no? Por todas aquellas personas que han sido importantes en nuestras vidas.

Glòria

Tu que m´has vist caure a terra
tu que sempre m´has trobat
en les nits de lluna plena
dormint en el teu sofà

Tu m´ajudes sense presses
si cal deixes el que tens
m´obres sempre casa teva
perquè no em quedi al carrer

Hola de nuevo, mi pequeño. Muchas son las cosas que han pasado a mi alrededor estos días, muchas las vueltas que ha dado mi cabeza... y hoy al despertar he visto que ésta sigue mirando en la misma dirección, a pesar de todo. En cada una de esas vueltas descubro, o creo distinguir, algo nuevo, algo diferente, algo por lo que tiene que valer la pena levantarme de esta cama, salir de esta habitación, alejarme de esta oscuridad... y ahora pierdo inercia y empiezo a sentir lo inevitable.

Intento simplificarlo aún sabiéndolo imposible: evitar cualquier detalle, cualquier imagen, cualquier sonido que traiga a mi cabeza sus palabras, sus labios, sus ojos... pero no puedo, está en todas partes, en cada rincón... Pruebo a ser racional y buscar el motivo a cada pensamiento pero me escapo a mí mismo. ¿Cómo puedo pretender comprender los suyos?... Me repito constantemente, a mí y a los demás, que todo va bien, que lo acepto, que la vida sigue, no os preocupéis... ¿pero hacia dónde sigue, y porqué? Yo así no quiero seguir. Hace demasiado poco tiempo en que me planteaba tantas cosas en futuro intenso...

Respiro. Puedo ver, puedo oir mi corazón latir, pero no. És una ilusión. He muerto. Aunque siga ocupando un espacio en este sucio mundo, he muerto. Alguien ha apagado la luz y por más que me esfuerzo no consigo ver nada a mi alrededor. Un gato. Si, quién pudiera ser un gato para poder ver en la oscuridad o tener otras 6 oportunidades. Quizás ahora sí escriba una canción. Una última canción desesperada. Adiós.

Hoy, leyendo un artículo ya antiguo del ciberpaís, me ha venido a la cabeza una práctica muy divertida que suelo llevar a cabo con los alumnos del curso de introducción a Internet que imparto por las tardes. En el artículo lo llaman ego-surfing. Se trata de ir a un buscador y poner tu nombre y apellidos, para ver qué sale. En un principio lo usaba para que vieran la diferencia al buscar en Google entre usar o no las comillas. Vamos, que no era lo mismo buscar "Juan Perez Lozano" que Juan Perez Lozano. Pero con la coña, ví lo interesante que podía ser ponerte a buscar qué información sobre tí mismo en Internet, o qué hacen en la vida otros homónimos tuyos.

Descubrí, por ejemplo, que soy un saxofonista de jazz, creo que americano, de bastate fama. También un jugador de Waterpolo con cara de empanao (como yo) que mete caña en California. O un profesor cubano de Teología en la Universidad Concordia, en Wisconsin. Incluso fuí un capitán de la Flota Naval estadounidense. Increible, no? Me pregunto si ellos sabrán de mí. Si sabrán que aquí, en la otra punta del mundo, hay un don nadie interesándose por sus vidas, alguien que tiene un poquito de ellos mismos. Mi yo real sólo aparece una vez, como finalista de un concurso de logotipos. Mi única aparición en Internet y lo hago como un segundón... Aunque bueno, al menos no hago ninguna aparición estelar como la de este pobre hombre. Siempre hay alguien que está peor que uno mismo. Menudo consuelo... Haced la prueba.