Descubrí, por ejemplo, que soy un saxofonista de jazz, creo que americano, de bastate fama. También un jugador de Waterpolo con cara de empanao (como yo) que mete caña en California. O un profesor cubano de Teología en la Universidad Concordia, en Wisconsin. Incluso fuí un capitán de la Flota Naval estadounidense. Increible, no? Me pregunto si ellos sabrán de mí. Si sabrán que aquí, en la otra punta del mundo, hay un don nadie interesándose por sus vidas, alguien que tiene un poquito de ellos mismos. Mi yo real sólo aparece una vez, como finalista de un concurso de logotipos. Mi única aparición en Internet y lo hago como un segundón... Aunque bueno, al menos no hago ninguna aparición estelar como la de este pobre hombre. Siempre hay alguien que está peor que uno mismo. Menudo consuelo... Haced la prueba.