Tantas series y tan poco tiempo...
Creo que nunca antes había estado enganchado a tantas series a la vez. Bueno, ni a tantas... ni de forma tan intensa, desde que era adolescente y me apresuraba por las tardes para llegar a casa para disfrutar de mi dosis de 25 minutos diarios de Dragon Ball Z.
Hace año y medio, más o menos, me aficioné a una extraña serie que en un principio no parecía demasiado original: contaba la historia de los pasajeros de un vuelo con origen en Sidney extraviados en una isla desierta del Pacífico, náufragos tras un accidente de avión. Pobre de mi, no sabía lo que vendría después.
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