Microsoft llevó a cabo el martes pasado el lanzamiento de su nuevo sistema operativo, Windows Vista, bajo un escueto y sonoro slogan: Wow!. Es increíble el despliegue de medios y la inversión en publicidad que han hecho. ¡Durante el mismo martes, copaban la publicidad de agencia de la mayoría de portales de noticias!
Por el momento sólo he podido verlo en funcionamiento unos minutos en uno de los ordenadores del trabajo, aparte del montón de reviews y screenshots que corren por ahí, y la verdad es que el cambio es potente... demasiado bestia quizás. Precisamente sobre eso comentábamos ayer en la oficina, sobre cómo muchas empresas de software siguen apostando por actualizaciones muy importantes y muy separadas en el tiempo, en vez de por pequeñas actualizaciones, pero contínuas.
Supongo que de esta forma los lanzamientos son mucho más "sonados" desde el punto de vista de marketing, se hace mucho más ruido, hay posibilidades de "destacar" mucho más frente a la competencia y se pueden justificar unos buenos aumentos de precio frente a versiones anteriores, así como los elevados precios de las licencias ( la versión más simple y barata cuesta 300€ ).
Sin embargo, desde el punto de vista de la experiencia de los usuarios, es una gran putada.
Me explico: a mi o a cualquier aficionado a esto de las maquinitas nos puede hacer cierta gracia investigar sobre las novedades del nuevo sistema operativo, pelearnos con la nueva interfaz de búsqueda o tratar de encontrar los controles de texto en la nueva suite ofimática, pero para el usuario medio es un esfuerzo extra. Un esfuerzo que ni le apetecerá hacer, ni posiblemente pueda permitirse. A ese usuario le ha costado lo suyo aprender a utilizar esas herramientas. Demasiado como para que ahora le digan que se olvide de lo que ha visto hasta ahora, que los grandes senseis de la informática han desarrollado un nuevo sistema revolucionario que le hará la vida más fácil. ¿Más fácil? Lo más fácil es lo que ya sé usar.
Hoy en día la mayoría de los ordenadores están conectados a la red mediante banda ancha, lo que permitiría que, junto con las ya habituales actualizaciones de seguridad, el propio "motor" del sistema operativo fuera incluyendo de forma progresiva mejoras y nuevas funcionalidades, disminuyendo de esta forma la frustrante experiencia que supone re-aprender a utilizar un sistema operativo cada X años, una pieza de software que afecta TOTALMENTE a nuestra forma de usar el ordenador.
Cambiando el modelo, las empresas de software podrían dejar de lado sus licencias actuales, y pasar a modalidades de suscripción, que nos garantizarían estar al día, tener un sistema operativo que se adaptaría, incorporando mejoras y cambios que podríamos asumir de forma progresiva. Los precios por licencia disminuirían y muy posiblemente aumentara el porcentaje de usuarios con licencias "legales": no es lo mismo pagar 400€ por una licencia que voy a usar dos o tres años que 15€ al mes por la garantía de que mi sistema va a estar actualizado de por vida mientras pague esa cuota. Los sistemas operativos, además, podrían adaptarse al mismo ritmo al que mejoran los ordenadores, evitando de esta forma situaciones como la actual, en la que la mayoría de los ordenadores nuevos que hoy salen al mercado a duras penas superan el "suficiente" en los tests de rendimiento de Windows Vista.
Hace un tiempo leí una anotación interesante acerca de este tema en Creating Passionate Users : Why they don't upgrade (and what to do about it)